29 oct 2011

Filosófico es el preguntar, poético el hallazgo

Recuerdo de un poema (1940), de Joan Miró
   «No se encuentra el hombre entero en la filosofía; no se encuentra la totalidad de lo humano en la poesía. En la poesía encontramos directamente al hombre concreto, individual. En la filosofía al hombre en su historia universal, en su querer ser. La poesía es encuentro, don, hallazgo por gracia. La filosofía busca, requerimiento guiado por un método».


(ZAMBRANO, María. Filosofía y poesía. 4ª ed. México: Fondo de Cultura Económica, 1996, p. 96).

24 oct 2011

Hoy no es un día cualquiera


   «El policía salió precipitadamente de la biblioteca haciendo crujir el suelo con sus pesadas botas. La señorita Laburnum se dirigió al estante de la letra “B” y bajó al Bandido-Jefe.

  - Bien, ahora dígame ¿qué ha venido hacer aquí? – interrogó con severidad la bibliotecaria. Pero a pesar de su tono, no engañó al Bandido-Jefe. Sabía, en realidad, que ella estaba muy contenta de volver a verle.

  - Verá, señorita Laburnum, el caso es que mis hombres parecen muy inquietos. Desde que usted les leía aquellos cuentos no han vuelto a sentirse contentos después de cenar. Antes solíamos sentarnos alrededor del fuego, cantábamos canciones de bandidos y disfrutábamos con nuestro humor grosero. Pero ahora han perdido el gusto. Quieren oír historias de Alicia, La isla del tesoro, de reyes y payasos. Por eso venía hacerme socio de la biblioteca y llevarme algunos libros. ¿Qué debo hacer? No me atrevo a regresar sin libros, pero ese policía puede regresar en cualquier momento. ¿No se enfadará con usted cuando descubra que me he marchado?

  - Eso tiene fácil arreglo – dijo la bibliotecaria sonriendo-. ¿Cuál es su número? ¡Ah, sí! Bien, cuando el policía vuelva le diré que otra persona se lo ha llevado prestado, y será cierto porque yo le llevo prestado a usted. El Bandido-Jefe dirigió una elocuente mirada a la señorita Laburnum.

20 oct 2011

Valentín

Voces anónimas,  de Li-Shu Chen
   «El teatro, su animación, su mantenimiento, los ensayos, las representaciones, los cientos de pequeños detalles que, como una maquinaria delicada, lo componían, me hacían vivir una actividad constante que requería gente, que necesitaba de los otros, de su colaboración, de su aportación, de su locuacidad; mi jornada estaba repleta. Pero, detrás de las complicadas bambalinas de un ajetreo tan vistoso, la soledad estaba en pie, disimulada, acechándome, unas veces hosca, otras resignada.

18 oct 2011

Pide que el camino sea largo

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes,
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

15 oct 2011

Cuentos orientales

Mata mua (Érase una vez), (1892) 
de Paul Gauguin
   «No llegaba brisa alguna del mar. El compañero de camarote de Philip, el ingeniero Jules Boutrin, bebía ante una mesa redonda de zinc, a la sombra de una sombrilla color de fuego, que recordaba desde lejos una gruesa naranja flotando en el mar.
   Cuénteme otra historia, viejo amigo – dijo Philip dejándose caer pesadamente en una silla –. Necesito un whisky y una historia cuando estoy delante del mar... Que sea la historia más hermosa y menos verdadera posible».


(YOURCENAR, Marguerite. Cuentos orientales.  Barcelona: Suma de letras, 2000, p. 54).


13 oct 2011

Se canta al mar

(...)
Cuando mi padre me cogió de un brazo
Y volviendo los ojos a la blanca,
Libre y eterna espuma que a lo lejos
Hacia un país sin nombre navegaba,
Como quien reza una oración me dijo
Con voz que tengo en el oído intacta:
“Éste es, muchacho, el mar”. El mar sereno,
El mar que baña de cristal la patria.

10 oct 2011

Cartas a un joven poeta

Nocturno (1911), de František Kupka
«Amarse de igual a igual: esto es quizás lo más difícil que nos ha sido encomendado, la tarea suprema, la prueba y el examen últimos, el trabajo para el que cualquier otro trabajo es sólo preparación. Por eso, los jóvenes, principiantes en todo, aún no dominan el amor: aún tienen que aprenderlo. Han de aprender a amar con todo su ser, con todas sus fuerzas congregadas en torno a su corazón solitario y ansioso, que late hacia las alturas. Pero el periodo de aprendizaje es siempre un largo periodo de aislamiento, y así, por mucho tiempo y hasta muy avanzada la vida, amar es, para el que ama, soledad, un estar solo más grande y más hondo.

8 oct 2011

¿Cuánta tierra necesita un hombre?


   «Pajom, el dueño de la casa, estaba tumbado en lo alto de la estufa y escuchaba lo que decían las mujeres.
   Es la pura verdad – exclamó. Ocupados desde pequeños en cultivar a nuestra madre tierra, no tenemos tiempo de pensar siquiera en tonterías. ¡La única pena es que disponemos de poca tierra! ¡Si tuviera toda la que quisiera, no tendría miedo a nadie, ni siquiera del diablo!
   Las mujeres acabaron de beber el té, charlaron un rato de vestidos, recogieron la vajilla y se fueron a la cama.
   El diablo se había sentado detrás de la estufa y lo había escuchado todo. Se había alegrado de que la mujer del campesino hubiera inducido a su marido a alabarse: se había jactado de que, si tuviera mucha tierra, no temería ni siquiera al diablo.
   De acuerdo – pensó el diablo. Haremos una apuesta tú y yo: te daré mucha tierra y gracias a ella te tendré en mi poder».


(TOLSTÓI, Lev. ¿Cuánta tierra necesita un hombre? Madrid: NordicaLibros, 2011, p. 13).


6 oct 2011

Sin cultura no hay ciencia

«Sin ciencia, no hay cultura. Una frase absolutamente fantástica y que debiéramos tenerla muy presente. De hecho, también podríamos decir lo contrario: Sin cultura, no hay ciencia, porque la ciencia y la cultura, la cultura y la ciencia son o debieran ser bases estructurales fundamentales de lo que es la sociedad, de lo que es el conocimiento y la relación entre las personas».


(PUNSET, Eduardo. Por qué somos como somos. Madrid: Aguilar, 2008, p. 115-116).