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8 mar 2022

Enheduanna


Enheduanna (2285-2250 a C.)
«La historia de la literatura empieza de forma inesperada. El primer autor del mundo que firma un texto con su propio nombre es una mujer. Mil quinientos años antes de Homero, Enheduanna, poeta y sacerdotisa, escribió un conjunto de himnos cuyos ecos resuenan todavía en los Salmos de la Biblia. Los rubricó con orgullo. Era hija del rey Sargón I de Acad, que unificó la Mesopotamia central y meridional en un gran imperio, y tía del futuro rey Naram-Sim. Cuando los estudiosos descifraron los fragmentos de sus versos, perdidos durante milenios y recuperados solo en el siglo XX, la apodaron “la Shakespeare de la literatura sumeria”, impresionados por su escritura brillante y compleja. “Lo que he hecho nadie lo hizo antes”, escribe Enheduanna.

27 may 2020

Guerra de la calle, guerra del alma

Mujer escribiendo (1934),  de Pablo Picasso
   «Escribir, ¿tiene sentido? La pregunta me pesa en la mano.
   Se organizan aduanas de palabras, quemaderos de palabras, cementerios de palabras. Para que nos resignemos a vivir una vida que no es la nuestra, se nos obliga a aceptar como nuestra una memoria ajena. Realidad enmascarada, historia contada por los vencedores: quizás escribir no sea mas que una tentativa de poner a salvo, en el tiempo de la infamia, las voces que darán testimonio de que aquí estuvimos y así fuimos. Un modo de guardar para los que no conocemos todavía, como quería Espriu “el nombre de cada cosa”. Quien no sabe de dónde viene, ¿cómo puede averiguar adónde va?».


(GALEANO, Eduardo. Días y noches de amor y guerra. Madrid: Siglo XXI de España, 2015, p. 292).

9 mar 2020

Formación de un escritor

Flores despiertas en la noche,  de Li-Shu Chen
«Los autores que me estimularon más para escribirla fueron los novelistas norteamericanos, y en especial los que me mandaron a Sucre los amigos de Barranquilla. Sobre todo por las afinidades de toda índole que encontraba entre las culturas del sur profundo y la del Caribe, con la que tengo una identificación absoluta, esencial e insustituible en mi formación de ser humano y escritor. Desde estas tomas de conciencia empecé a leer como un auténtico novelista artesanal, no sólo por placer, sino por la curiosidad insaciable de descubrir cómo estaban escritos los libros de los sabios.

29 sept 2018

Escribir II

«¿Quién no ha visto agonizar en medio de espantosos sufrimientos a novelas que tenían toda la vida por delante? Nunca se sabe de qué depende su supervivencia; lo cierto es que a veces se les corrompe la sangre y no hay transfusión de tinta que les reanime. Lo más sensato, aunque no lo más fácil, en situaciones así es avisar al crítico forense para que levante el cadáver y firme el certificado de defunción. Muchos no se resignan y hacen con el cuerpo del relato auténticas barbaridades con las que sólo consiguen prolongar su agonía.

17 jun 2017

¿Qué tienes entre manos? (relato de terror ferial)



Puente cerca de Kolpino (Rusia)
«Aquel tipo tenía dentro de sí un escritor bueno y un escritor malo que trabajaban a horas distintas. Aun así en los textos del malo se percibía finalmente un aliento de bondad, mientras que en los del buenos sonaba, cuando menos hacía falta, un estertor agónico procedente de la respiración del malo. Estaban tan cerca, en fin, que no podían dejar de influirse. Los lectores, según se colocaran en uno u otro lado de la identidad de aquel tipo, pensaban que se trataba de un mal escritor con aciertos geniales, o de un genio que se estaba echando a perder.

25 may 2017

Escribir I



Acompañamiento sincopado (Staccato) (c.a. 1928-1930), 
 de František Kupka
«El día en el que empezó todo, no tenía muchas ganas de escribir, de manera que para hacer tiempo fingí no saber si una palabra se escribía con be o con uve. Aquella duda retórica se convirtió misteriosamente en una enfermedad real, y en cosa de una semana al problema de las bes se sumó el de las haches, así que tardaba mucho en escribir una página porque tenía que consultar continuamente el diccionario. Creo que desarrollé una curiosa habilidad para evitar palabras que contuvieran esas letras, pero mis escritos de esa época jadean un poco al andar, como si estuvieran enfermos.

30 abr 2017

¿Por qué se escribe?


Festival de las Linternas Flotantes – Isla de Honolulu (Hawai)
«Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.
   Pero es una soledad que necesita ser defendida, que es lo mismo que necesitar de justificación. El escritor defiende su soledad, mostrando lo que en ella y únicamente en ella, encuentra.

8 jul 2016

El primer relato

«Una aventura pavorosa se la debo a las obras completas de Freud, que habían llegado a la biblioteca. No entendía nada de sus análisis escabrosos, desde luego, pero sus casos clínicos me llevaban en vilo hasta el final, como las fantasías de Julio Verne. El maestro Calderón nos pidió que le escribiéramos un cuento con tema libre en la clase de castellano. Se me ocurrió el de una enferma mental de unos siete años y con un título pedante que iba en sentido contrario al de la poesía: “Un caso de sicosis obsesiva”. El maestro lo hizo leer en clase. Mi vecino de asiento, Aurelio Prieto, repudió sin reservas la petulancia de escribir sin la mínima formación científica ni literaria sobre un asunto tan retorcido. Le expliqué, con más rencor que humildad, que lo había tomado de un caso clínico descrito por Freud en sus memorias y mi única pretensión era usarlo para la tarea. El maestro Calderón, tal vez creyéndome resentido por las críticas ácidas de varios compañeros de clase, me llamó aparte en el recreo para animarme a seguir adelante por el mismo camino. Me señaló que en mi cuento era evidente que ignoraba las técnicas de la ficción moderna, pero tenía el instinto y las ganas. Le pareció bien escrito y al menos con intención de algo original.

30 abr 2016

Palabras enlazadas

A mitad del poema me sobrecoge siempre un gran
            desamparo, todo me abandona,
no hay nadie a mi lado, ni siquiera esos ojos que
            desde atrás contemplan lo que escribo
no hay atrás ni adelante, la pluma se rebela, no
            hay comienzo ni fin, tampoco hay un muro que
            saltar,
es una explanada desierta el poema, lo dicho no
            está dicho, lo no dicho es indecible,
torres, terrazas devastadas, babilonias, un mar de
            sal negra, un reino ciego,

25 abr 2016

Soltar y retener la palabra


   «Hay en el escribir un retener las palabras, como en el hablar hay un soltarlas, un desprenderse de ellas, que puede ser un ir desprendiéndose ellas de nosotros. Al escribir se retienen las palabras, se hacen propias, sujetas a ritmo, selladas por el dominio humano de quien así las maneja. Y esto, independientemente de que el escritor se preocupe de las palabras y con plena conciencia las elija y coloque en un orden racional, sabido.

1 mar 2016

Ese tú al que se escribe

«La escritura inauguró una nueva forma de estar en el mundo: no es una simple reproducción del discurso lingüístico, que es primordialmente oral. Oralidad y escritura no son intercambiables. Hay una zona de confluencia, de intersección, pero una y otra poseen sus propias virtualidades. Pedro Salinas lo escribe en El defensor: hay cosas que solo se pueden expresar epistolarmente. En la escritura, el hombre puede encontrarse más sereno, consigo mismo, sin la interferencia emocional del otro, de los otros.

18 oct 2015

La masificación de las palabras

«No digo que los escritores deban dejar de escribir. Esto sería fatuo. Me pregunto si no están escribiendo demasiado, si el diluvio de letra impresa a través del cual luchamos por abrirnos paso, aturdidos, no representa por sí mismo una subversión del significado. “Una civilización de palabras es una civilización malsana.” Es una civilización donde la inflación constante de la moneda verbal ha devaluado de tal modo lo que antes fuera un acto numinoso de comunicación que lo válido y lo verdaderamente nuevo ya no pueden hacerse oír. Cada mes  debe fabricar su obra maestra, de manera que las prensas empujan a la mediocridad a un esplendor espurio y transitorio.

7 oct 2015

El escritor indeciso

«Había una vez un escritor indeciso. Cuando escribía, lamentaba no poder leer y, cuando leía, lamentaba no poder escribir.
   Un día recibió una carta que decía: “Me he enterado de su problema por una entrevista. Siga el recorrido indicado en esta hoja y lo resolverá”. Firmado: un amigo.
  El escritor siguió las indicaciones y se encontró en una llanura, donde yacían muchas hojas de papel esparcidas por el suelo en orden geométrico, que terminaban ante la puerta cerrada de una pared de madera. Sobre la hierba distinguió una vela encendida, un zapato de mujer y un reloj de arena.
   El escritor pensó: “En lo que me resta de vida, el amor me ayudará a entender el sentido del tiempo”.
   Levantó la primera hoja, pero estaba en blanco. También la segunda estaba en blanco. Todas estaban en blanco. Se dirigió a la puerta y la abrió, pero al otro lado no había nada, sólo la llanura interminable.

14 sept 2015

Marguerite Yourcenar

«Su obra más celebre es Memorias de Adriano:  “ de una autenticidad de ficción que llega a niveles exasperantes” y “poderosamente fundada” desde el punto de vista científico [...]. El proyecto –elaborado a partir de numerosos bocetos parcialmente destruidos– de poner en boca de Adriano, el emperador viajero, el balance de su vida haciéndolo hablar como habría podido hacerlo un hombre del siglo II, se remonta a una visita que la autora habría hecho a los veinte años a la Villa Adriana de Roma.

28 jul 2015

Escribir no



Ariadna  (1898),  de John William Waterhouse
«Unos cinco mil años antes de Champollion, el dios Thot viajó a Tebas y ofreció a Thamus, rey de Egipto, el arte de escribir. Le explicó esos jeroglíficos, y dijo que la escritura era el mejor remedio para curar la mala memoria y la poca sabiduría.
   El rey rechazó el regalo:
   –¿Memoria?-  ¿Sabiduría? Este inventó producirá olvido. La sabiduría está en la verdad, no en su apariencia. No se puede recordar con memoria ajena. Los hombres registrarán, pero no recordarán. Repetirán, pero no vivirán. Se enterarán de muchas cosas, pero no conocerán ninguna».


(GALEANO, Eduardo.  Espejos : una historia casi universal. México: Siglo XXI, 2008, p.15).

30 abr 2015

Escribir sí


«Ganesha es panzón, por lo mucho que le gustan los caramelos, y tiene orejas y trompa de elefante. Pero escribe con manos de gente.
Él es maestro de iniciaciones, el que ayuda a que la gente empiece sus obras. Sin él, nada en la India tendría comienzo. En el arte de la escritura, y en todo lo demás, el comienzo es lo más importante. Cualquier principio es un grandioso momento de la vida, enseña Ganesha, y las primeras palabras de una carta o de un libro son tan fundadoras como los primeros ladrillos de una casa o de un templo».


(GALEANO, Eduardo.  Espejos : una historia casi universal. México: Siglo XXI, 2008, p.16).

17 feb 2015

Božena Němcová

«[...] Fue su marido quien introdujo a Božena, quien hablaba solamente alemán en casa, en los círculos patrióticos checos; de modo que ella, que se convirtió después de su muerte en un verdadero mito nacional, comenzó a leer en checo y a aprender la ortografía y la gramática relativamente tarde.
La bella Božena se inició en el oficio de escritora bajo la influencia del joven poeta Václav Bolemír Nebeský. Él no fue su único amante, como le confesó a su marido en una carta de sorprendente franqueza. Sus relaciones, sin embargo, no le aportaron más que decepción y cólera: “He buscado vanamente un amor parecido al que experimentaba yo misma. Quería un hombre al que hubiera podido venerar, (...) pero en los hombres encontré sólo déspotas groseros, sólo señores (...). La amargura y la porfía se anidaron en mi corazón.