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15 mar 2024

Las ovejas y los lobos

Separación (1900), de Edvard Munch
«Eran los perros los que, como de costumbre, hacían centinela, guardando las ovejas y defendiéndolas de la voracidad de los lobos, y conociendo éstos que no les era posible atacarlas, inventaron el siguiente medio. Enviaron mensajeros a las ovejas diciendo que querían estar en paz con ellas con tal que para mutua seguridad entregasen en rehenes, ellas a los perros y ellos a los lobeznos, sus hijos.

5 sept 2023

La zorra y los cazadores

El oro del azur (1967),
de Joan Miró
«Huyendo de los cazadores una zorra y, considerándose ya perdida, suplicó a un leñador que la ocultase en su choza, a la cual accedió el hombre enseguida. No tardaron en llegar los cazadores y preguntando al leñador si había visto a una zorra, contestó que no, pero al mismo tiempo les señalaba con las manos y les guiñaba con los ojos el sitio en que estaba oculta. Los cazadores no comprendieron, sin embargo, sus señas, y se fueron, lo cual visto por la zorra salió de su escondrijo y pasó por delante del leñador sin decirle palabra.

- ¿Cómo es esto? –exclamó el leñador–, ¿acabo de salvarte la vida y ni tan siquiera me das las gracias?

- ¡Ay, amigo! –respondió la zorra–, si tus manos, tus ademanes y tus obras fuesen tan buenos como tus palabras, seguramente merecerías que te las diera cumplidas».

Quien mezcla las obras buenas con las malas, hace mal siempre.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 21-22).

11 may 2021

El buitre y las otras aves

Vuelo de pájaros, de Joan Miró
«Fingiendo un buitre que quería celebrar el día de su nacimiento, convidó a las otras aves menores a cenar; pero cuando las tuvo dentro de su cueva, cerró la entrada y comenzó a matarlas no dejando ni una viva».

Cuando un poderoso te halaga y te convida, cuida de que no intente engañarte.



(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 13).



22 dic 2020

El lobo y el perro

El hijo del hombre  (1964), de René Magritte 
«Un lobo flaco y hambriento encontró en un camino a un perro que estaba gordo y bien cuidado.
            - Dime –le interrogó–, ¿en qué consiste que siendo yo más fuerte y más valiente que tú, no encuentro que comer y casi me muero de hambre?
- Consiste –contestó el perro– en que sirvo a un amo que me cuida mucho, me da pan sin pedírselo, me guarda los huesos y mendrugos que sobran de las comidas, y no tengo más obligación que custodiar la casa.
- Mucha felicidad es ésta –contestó el lobo envidiándole su suerte.
- Pues mira –replicó el perro–, si tú quieres puedes disfrutar del mismo destino, viniendo a servir a mi amo y defendiendo la casa de los ladrones por la noche.
- Convengo en ello –dijo el lobo–, porque más cuenta me tiene vivir bajo techado y hartarme de comida sin tener nada qué hacer, que no andar por los bosques con lluvias y nieves.

17 ago 2020

El ciervo, la oveja y el lobo

(6), de František Kupka
«Poniendo por testigo a un lobo que estaba presente, pidió un ciervo a cierta oveja que le devolviese una fanega de trigo, que decía falsamente le tenía prestada. Amedrentada la oveja con la presencia del lobo, confesó que era verdad, y pidió al ciervo un plazo para pagarla, el cual le fue concedido. Transcurrido el término, volvió el ciervo a pedir el trigo, pero entonces dijo la oveja:
            - Mi promesa fue forzada, viéndome en presencia de mi enemigo, pero ahora que no está no tengo miedo, te niego lo prometido, pues lo que prometemos contra nuestra voluntad, no es obligatorio».


Tenemos el derecho de repeler la fuerza con la fuerza, cuando sin motivo alguno se nos hostiga.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 31).

7 ene 2020

El avariento y el envidioso


Circle Limit III  (1959),  de M.C. Escher
«Dos hombres, de los cuales uno era muy avariento y el otro muy envidioso, rogaban a Júpiter que les satisfaciera sus anhelos. Envió el padre de los dioses a Apolo para que se enterase de sus deseos, pero con la condición de que uno de ellos pidiera el primero para que el segundo recibiese doble de lo que hubiese pedido. Oyendo esto el avariento, quiso que pidiese primero el envidioso, para tener el doble de las riquezas que supuso pediría, pero viendo el envidioso que siendo el primero en pedir recibiría el avariento el doble que él, pidió con toda mala intención que le sacasen un ojo para que al avariento tuviesen que sacarle los dos».

Insaciable es la avaricia, pero la envidia aún es peor. El envidioso, con tal de causar daño a otro, se sacrifica a sí mismo.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 70).

17 nov 2014

El adivino

La Sibila Délfica (1509), de Miguel Ángel
            «Decía en la plaza un adivino la bienaventura, cuando le comunicaron que acababan de abrir las puertas de su casa y robado cuanto había en ella. Tan pronto como lo oyó, echó a correr hacia su morada, y al verlo uno le dijo:
            - Hombre, ¿ofreces adivinar la suerte de los demás y no has sabido adivinar la tuya?».


Son muchos los que no saben manejar sus propios negocios, y sin embargo se empeñan en dar consejos y querer dirigir a los demás.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 74).

28 ago 2014

El león y la zorra

Fratellini (1927), de Joan Miró
«Deseando el león matar diversos animales para alimentarse de su carne se fingió enfermo, y con este engaño entraban muchos en su cueva y los devoraba. Llegó asimismo la zorra, pero temiendo al león, le dijo desde fuera que sentía mucho su enfermedad.
            - ¿Por qué no entras? –le preguntó el león–. Desconfías acaso de mí, cuando estoy tan débil que apenas puedo menearme? No temas, pues, entra sin recelo.
            - No lo haré seguramente –respondió la astuta zorra–, porque veo huellas de los que han entrado, pero no las veo de que hayan salido».

No debemos fiar ciegamente en lo que nos dicen; ni creer todas las palabras, según quien sea el que las pronuncie.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 25-26).

3 may 2014

El gallo y la marcasita

            
«Revolviendo cierto gallo el basurero, encontróse una piedra preciosa, y viéndola en sitio tan inmundo, le dijo:
   - ¿Cómo estás así entre el estiércol? Si te hubiese hallado algún platero se habría alegrado sobremanera y te hubiera devuelto el brillo; pero yo en balde te encuentro, porque de nada me sirves».


Así son la ciencia y la sabiduría para los necios e ignorantes: en nada las estiman.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 39).

6 feb 2014

Los cuadrúpedos y las aves


«Hallándose en continua guerra las aves y los cuadrúpedos, se dieron una sangrienta batalla durante la cual, creyendo el murciélago que vencerían los últimos, desertó de las aves y se pasó a los enemigos. Sucedió, sin embargo, que llegando poco después el águila, animó de tal manera a las aves, que peleando con mayor esfuerzo vencieron a los cuadrúpedos. Hiciéronse después las paces, y todos condenaron al murciélago a quitarle las plumas en castigo de su perfidia, prohibiéndole que jamás se presentase a su vista: motivo por el que este animal sólo sale por las noches».

Quien se excusa de acompañar a sus amigos en los días de adversidad y peligro, también será desechado por ellos en los días de prosperidad y bienandanzas.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 37-38).