Paisaje de otoño al anochecer (1885) de Vincent van Gogh |
Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
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13 dic 2023
Como llenarte soledad sino contigo misma
21 jul 2023
Todas las inteligencias despiertan por la mañana
Campo de la Provenza en verano (1888), Vincent van Gogh |
5 mar 2023
¿Cuál es el mejor modo de vida?
Mariposa bicolor (2018), de Li-Shu Chen |
(MILLER, Henry. Prólogo. EN: THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques; Del deber de la desobediencia civil. Barcelona: Juventud, 2010, p. 13-14).
6 sept 2022
El meollo de la vida
El bote blanco (1905) de Joaquín Sorolla. |
(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 125).
15 jun 2020
Hay que proseguir el camino
El sembrador (1888), de Vincent van Gogh |
«Mi experiencia me enseñó, por lo menos,
que si uno avanza confiado en la elección de sus sueños y se esfuerza por vivir
la vida que ha imaginado, tropezará con el éxito menos esperado en su vida
corriente. Dejará atrás un gran número de cosas, atravesará una frontera
invisible; leyes nuevas, universales y más abiertas empezarán a establecerse
dentro y alrededor de su persona; o se ampliarán las viejas, cuya
interpretación le favorecerá con más largueza; vivirá en una libertad propia de
un orden de seres más elevado. A medida que simplifique su vida, las leyes del
universo se le revelarán menos complejas, la soledad dejará de ser soledad; la
pobreza, pobreza; la debilidad, debilidad. Si has levantado castillos en el
aire, tu trabajo no tiene por qué ser vano; ahí es donde debieran estar. Ponles
ahora tus cimientos».
(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en
los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 396).
14 mar 2020
Motivo para una partida
«Dejé los bosques por una
razón tan buena como la que me llevó a ellos. Quizá porque me parecía que tenía
varias vidas más que vivir y que no podía seguir prodigando mi tiempo en
aquélla. Choca y sorprende con qué facilidad e inconsciencia proseguimos una particular
ruta, haciéndonos de ella un camino trillado. No habría vivido allá una semana cuando mis pies habían
hecho ya un camino desde mi puerta a la ribera; y aunque hace ya cinco o seis
años desde que lo recorriera, me resulta claramente aún familiar.
28 sept 2019
Un templo llamado hombre
El arte de la pintura
(c.a. 1666-1668),
de Johannes Vermeer
|
«Todo
hombre es constructor de un templo, que es su cuerpo, para el Dios al que
adora; el estilo es propio, y no es martilleando el mármol como habrá de
cumplir. Todos somos escultores y pintores, y el material de que hacemos uso es
nuestra propia carne, nuestra sangre y nuestros huesos. La menor nobleza refina
ya los rasgos del hombre; la bajeza y la sensualidad los embrutecen».
THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques.
Barcelona: Juventud, 2010, p. 275-276).
29 abr 2019
La esencia del libro
«No
todos los libros son tan estúpidos como sus lectores. Probablemente encierran
palabras certeramente amagadas a nuestra condición, que si pudiéramos oír y
comprender realmente serían más saludables para nuestra vida que la mañana o la
primavera, y que posiblemente nos revelarían una faceta inédita de las cosas.
¡Cuántos hombres no habrán iniciado una nueva era en su vida después de una
particular lectura! Quizá exista para nosotros el libro que nos explique
nuestros milagros y nos revele otros. Las cosas hoy inexpresables puede que
hayan sido dichas en alguna parte. Estas mismas cuestiones que nos trastornan,
intrigan y confunden les han sobrevenido a su vez a todos los hombres sabios;
ninguna ha sido omitida, y todos han aportado su respuesta, de acuerdo con su
capacidad, por medio de su vida y sus palabras».
(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques.
Barcelona: Juventud, 2010, p. 138-139).
19 ene 2019
Injusticia
Belleza abstracta (6), de Li-Shu Chen |
«Si la
injusticia forma parte de la necesaria fricción de toda máquina de gobierno,
que siga, que siga. Quizá llegue a suavizarse con el desgaste; la máquina,
ciertamente, lo hará. Si la injusticia tiene una polea, un muelle o una palanca
exclusivos, puede que quizá podáis considerar si el remedio no será peor que la
enfermedad; pero si es de naturaleza tal, que requiere de vosotros como agentes
de injusticia para otros, entonces os digo: Romped la ley. Que vuestra vida sea
una contrafricción que detenga la máquina. Lo que hay que hacer, en todo caso,
es no prestarse a servir al mismo mal que se condena».
(THOREAU, Henry David. Del deber de la desobediencia civil.
Barcelona: Juventud, 2010, p. 423).
4 sept 2018
Algunos principios vitales
A garden (1869), de Albert Joseph Moore
|
«Por
mediocre que sea vuestra vida, hacedle frente y vividla; no la esquivéis ni la
denostéis. No es tan mala como vosotros mismos. Parece tanto más pobre cuanto
mayor es vuestra riqueza. El buscador de defectos los halla incluso en el
paraíso. Amad vuestra vida, por pobre que sea. Es posible vivir unas horas
amables, emocionantes y gloriosas hasta en un asilo. El sol que se pone se
refleja con igual esplendor en las ventanas del hospicio que en las del rico, y
la nieve se funde frente a ambas puertas, llegada la primavera. No veo por qué
una mente serena no ha de poder hallar tanta satisfacción y gozar de
pensamientos tan estimulantes allí como en un palacio. A menudo nos parece que
son los pobres del pueblo quienes viven de la manera más independiente, quizá
porque son lo suficientemente nobles para recibir sin escrúpulos. En su mayoría
piensan que se hallan por encima de ser mantenidos por el pueblo; pero ocurre
con frecuencia que no se sienten por encima de automantenerse por medios
ilícitos, lo cual debiera ser menos decoroso. Cuidad la pobreza como una
hierba, como salvia. No os intereséis demasiado por adquirir cosas nuevas, sea
vestidos o amigos. Remozad los gastados; volved a los viejos. Las cosas no
cambian; somos nosotros los que cambiamos. Vended vuestras ropas y conservad
vuestras ideas».
(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques.
Barcelona: Juventud, 2010, p. 401).
2 abr 2018
La verdadera riqueza
Samarkanda,
Uzbekistan
|
«No ha de extrañar que en sus expediciones Alejandro
Magno llevara con él en un precioso cofre La Iliada. Una palabra escrita
es la más selecta de las reliquias. Es algo a la vez más íntimo y universal
para nosotros que cualquier otra obra de arte, pues es, entre ellas, la más
próxima a la vida misma. Puede ser traducida a todos los labios humanos; no
sólo puede ser representada sobre una tela, sino moldeada en el aliento mismo
de la vida. [...] Los libros son la riqueza que atesora el mundo y adecuada herencia
de pueblos y generaciones».
(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques.
Barcelona: Juventud, 2010, p. 133).