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8 mar 2024

Caerellia

Rivales inconscientes (1893), de
Lawrence Alma-Tadema
«En ese universo de riqueza y alta sociedad donde la cultura empezó a arraigar, también había mujeres que coleccionaban libros. Gracias a las cartas de Cicerón conocemos a Caerellia, ávida lectora y propietaria de una biblioteca filosófica. Resulta que esa rica dama patricia consiguió, de alguna manera –tal vez recurriendo al soborno–, una copia pirata del tratado ciceroniano Sobre el supremo bien y el supremo mal, antes de que el autor pusiera oficialmente el libro en circulación. ‘Sin duda Caerellia rebosa un encendido entusiasmo por la filosofía’, escribió un irritado Cicerón con tono sarcástico».


(VALLEJO, Irene. El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo. 11ª ed. Madrid: Siruela, 2020, p. 281).

8 mar 2022

Enheduanna


Enheduanna (2285-2250 a C.)
«La historia de la literatura empieza de forma inesperada. El primer autor del mundo que firma un texto con su propio nombre es una mujer. Mil quinientos años antes de Homero, Enheduanna, poeta y sacerdotisa, escribió un conjunto de himnos cuyos ecos resuenan todavía en los Salmos de la Biblia. Los rubricó con orgullo. Era hija del rey Sargón I de Acad, que unificó la Mesopotamia central y meridional en un gran imperio, y tía del futuro rey Naram-Sim. Cuando los estudiosos descifraron los fragmentos de sus versos, perdidos durante milenios y recuperados solo en el siglo XX, la apodaron “la Shakespeare de la literatura sumeria”, impresionados por su escritura brillante y compleja. “Lo que he hecho nadie lo hizo antes”, escribe Enheduanna.

14 sept 2015

Marguerite Yourcenar

«Su obra más celebre es Memorias de Adriano:  “ de una autenticidad de ficción que llega a niveles exasperantes” y “poderosamente fundada” desde el punto de vista científico [...]. El proyecto –elaborado a partir de numerosos bocetos parcialmente destruidos– de poner en boca de Adriano, el emperador viajero, el balance de su vida haciéndolo hablar como habría podido hacerlo un hombre del siglo II, se remonta a una visita que la autora habría hecho a los veinte años a la Villa Adriana de Roma.

8 mar 2015

Olympia

   «Son femeninos los símbolos de la revolución francesa, mujeres de mármol o bronce, poderosas tetas desnudas, gorros frigios, banderas al viento.
   Pero la revolución proclamó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y cuando la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, marchó presa, el Tribunal Revolucionario la sentenció y la guillotina le cortó la cabeza.
   Al pie del cadalso, Olympia preguntó:
   –Si las mujeres estamos capacitadas para subir a la guillotina, ¿por qué no podemos subir a las tribunas públicas?
   No podían. No podían hablar, no podían votar. La Convención, el Parlamento revolucionario, había clausurado todas las asociaciones políticas femeninas y había prohibido que las mujeres discutieran con los hombres en pie de igualdad.

17 feb 2015

Božena Němcová

«[...] Fue su marido quien introdujo a Božena, quien hablaba solamente alemán en casa, en los círculos patrióticos checos; de modo que ella, que se convirtió después de su muerte en un verdadero mito nacional, comenzó a leer en checo y a aprender la ortografía y la gramática relativamente tarde.
La bella Božena se inició en el oficio de escritora bajo la influencia del joven poeta Václav Bolemír Nebeský. Él no fue su único amante, como le confesó a su marido en una carta de sorprendente franqueza. Sus relaciones, sin embargo, no le aportaron más que decepción y cólera: “He buscado vanamente un amor parecido al que experimentaba yo misma. Quería un hombre al que hubiera podido venerar, (...) pero en los hombres encontré sólo déspotas groseros, sólo señores (...). La amargura y la porfía se anidaron en mi corazón.

8 mar 2014

Mary Wollstonecraft


Retrato de Mary Wollstonecraft, de John Keenan
«En 1791, la francesa Olympia de Gouges había ya redactado una Declaración de los derechos de la mujer en respuesta a la Declaración de los derechos del hombre. Acabó en la guillotina. Mary Wollstonecraft consideraba también que la defensa de los derechos de la mujer era la puesta en práctica y la puesta a prueba de los derechos humanos. Su escrito sedicioso anticipaba los principales argumentos de las feministas : la discriminación de la mujer tiene sus raíces en una socialización que, en lugar de ocuparse del desarrollo de las facultades intelectuales, exige únicamente una buena capacidad de adaptación.

19 ene 2014

Isak Dinesen

«Ella hubiera preferido hacer cualquier cosa en la vida antes que ser escritora. Eso es en todo caso lo que afirmaba la joven Karen Christentze Dinesen, cuyo padre era miembro de la nobleza territorial y la madre de una familia de comerciantes al por mayor de Copenhague, y enumeraba sus preferencias: “viajar, bailar, vivir, ser libre para pintar cuadros”. En aquel momento, había publicado ya bajo el pseudónimo de “Osceola” algunos relatos en los que se encuentra también esta frase: “Todo ser humano tiene el derecho a determinar libremente su destino, independientemente de las leyes que otros hayan establecido...”. El compromiso matrimonial con el barón Bror Frederik de Blixen-Finecke le brindó la oportunidad de escapar de la “existencia infinitamente insípida” de una joven rica, hacia el mundo umbrío y sugestivo de los kikuyu, los masai y los somalíes del que era entonces protectorado británico de África oriental.

10 ene 2013

Ventana sobre una mujer

La lectora de novelas (1853), de Antoine Wiertz
   «Esa mujer es una casa secreta.
   En sus rincones, guarda voces y esconde fantasmas.
   En las noches de invierno, humea.
   Quien en ella entra, dicen, nunca más sale.
   Yo atravieso el hondo foso que la rodea. En esa casa seré habitado. En ella me espera el vino que me beberá. Muy suavemente golpeo a la puerta, y espero».
                                                                                                                    

(GALEANO, Eduardo.  Mujeres. Madrid: Alianza Editorial, 1995, p. 17).

8 mar 2012

Ventana sobre la palabra

Rind (1955)de M.C. Escher
   «Magda recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajas. En cajas rojas las palabras furiosas. En caja verde, las palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y en caja transparente guarda las palabras que tienen magia.
   A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieran. Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá».


(GALEANO, Eduardo.  Mujeres. Madrid: Alianza Editorial, 1995, p. 5).