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26 feb 2020

Brindis peregrino

Idas y venidas  (1887), de Paul Gauguin
Aquí venga el caminante,
al aire de su destino.
Detenga el paso un instante,
que para andar el camino
tiene tiempo por delante.
  


(CRÉMER, Victoriano. La escondida senda. Valladolid: Consejería de Cultura y Turismo, 1993, p. 109).

1 dic 2013

La ventana

Cuánta tristeza en una hoja del otoño,
Por el riachuelo, Otoño  (1885) 
de Paul Gauguin
dudosa siempre en último extremo si presentarse como cuchillo.
Cuánta vacilación en el color de los ojos
antes de quedar frío como una gota amarilla.
Tu tristeza, minutos antes de morirte,
sólo comparable con la lentitud de una rosa cuando acaba,
esa sed con espinas que suplica a lo que no puede,
gesto de un cuello, dulce carne que tiembla.
Eras hermosa como la dificultad de respirar en un cuarto cerrado.

15 ene 2013

Una esencia de ti: la cultura

De dónde venimos? Qué somos? A dónde vamos? (1899), 
de Paul Gauguin
   «El hombre posee el privilegio de tener antepasados; somos hijos siempre de alguien, herederos y descendientes. Mas cuando se pertenece a un mundo tan completo como el de la cultura occidental los antepasados son múltiples; tenemos diversas tradiciones detrás de nosotros, no una sola. De ahí el olvido y también los sucesivos renacimientos.
   Y es que tener cultura, estar en una cultura, es tener detrás de la vida individual de cada uno un tesoro a veces anónimo, a veces con nombre y figura. Es poder recordar, rememorar. Poder también, en un trance difícil, aclarar en su espejo nuestra angustia e incertidumbre».


(ZAMBRANO, María. Séneca. 3ª ed. Madrid: Siruela, 2008, p. 21).

15 oct 2011

Cuentos orientales

Mata mua (Érase una vez), (1892) 
de Paul Gauguin
   «No llegaba brisa alguna del mar. El compañero de camarote de Philip, el ingeniero Jules Boutrin, bebía ante una mesa redonda de zinc, a la sombra de una sombrilla color de fuego, que recordaba desde lejos una gruesa naranja flotando en el mar.
   Cuénteme otra historia, viejo amigo – dijo Philip dejándose caer pesadamente en una silla –. Necesito un whisky y una historia cuando estoy delante del mar... Que sea la historia más hermosa y menos verdadera posible».


(YOURCENAR, Marguerite. Cuentos orientales.  Barcelona: Suma de letras, 2000, p. 54).