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31 ene 2023

La mar

Marcos Ana, en una de sus visitas a Rafael
 Alberti en su casa de El Puerto de Santa María.

«Rafael Alberti ya llevaba casi un siglo en el mundo, pero estaba contemplando la bahía de Cádiz como si fuera la primera vez. Desde una terraza, echado al sol, perseguía el vuelo sin apuro de las gaviotas y de los veleros, la brisa azul, el ir y venir de la espuma en el agua y en el aire. Y se volvió hacia Marcos Ana, que callaba a su lado, y apretándole el brazo dijo, como si nunca lo hubiera sabido, como si recién se enterara: –Qué corta es la vida».


(GALEANO, Eduardo. Bocas del tiempo. Madrid: Siglo XXI de España, 2004, p. 77).


12 jul 2018

Antonio Machado


Antonio Machado (1925),  de Leandro Oroz
«Mi Marinero en tierra continuaba en Segovia. No recibiría pruebas hasta fines de verano. Andaba ya en vísperas de viaje. En el automovilillo de mi hermano recorrería Castilla la Vieja. Agustín, buen chófer, y yo seríamos sus únicos ocupantes. Mientras, no teniendo nada que hacer, me dedicaba a pasear, sin rumbo fijo, con un libro de versos, siempre agradable de leer bajo el amparo de los árboles.
            Subía yo una mañana por la calle del Cisne, cuando por la acera contraria vi que descendía, lenta, ensimismada, una sombra de hombre que, aunque muy envejecida, identiqué sin vacilar con la del retrato de un Machado más joven aparecido al frente de sus poesías –edición de la Residencia–, conservada por mí con mucho cariño. Era él, su sombra, no me cabía duda, su sombra triste, declinada como con pasos de sonámbula, de alma sumida en sí, ausente, fuera del mundo de la calle.

18 sept 2014

La arboleda perdida

Drawing hands (1948),  de M.C. Escher
«¡Qué lentitud la mía! Tanto o más que un poema me cuesta una simple página en prosa. Todo me sale demasiado rítmico. Batallo porque no sea así. Corrijo, deformo una frase para que no haga verso. La leo lentamente. Y entonces no me gusta. ¿Qué hacer? Seguiré esta Arboleda como hasta ahora. Me perdono el delito de perderme en sus ramas, dejando el mismo soplo musical, métrico, saltarín, que las viene moviendo desde el primer capítulo».


(ALBERTI, Rafael. La arboleda perdida: libros I y II de memorias.  1ª ed., 6ª reimp. Barcelona: Seix Barral, 1981, p. 195).

14 abr 2014

Una fecha de primavera

   «Con la alegría y la impresión de que algo nuevo y grave era inminente, nos volvimos a Rota. Allí seguimos, tranquilos, trabajando, tumbados en las dunas, recorriendo descalzos las orillas, bien lejos de las preocupaciones electorales que traían hirviendo a toda España.
   Pero de pronto cambió todo. Alguien, desde Madrid, nos llamó por teléfono, gritándonos:
   – ¡Viva la República!
   Era un mediodía rutilante, rutilante de sol. Sobre la página del mar, una fecha de primavera: 14 de abril.

21 dic 2011

¿Por qué vino a ti?

Karlův Most, v Praze. Puente de Carlos, Praga
No vine a ti para alabar
la niebla que te difumina
ni esa escarcha que te hace entrar
en una caja cristalina.

Ni vine a ver cómo se clava
tu más fina torre en el cielo
ni si tu nieve es un pañuelo
sobre los puentes del Moldava.