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21 sept 2016

Una libertad llamada lectura

«Leer, ha dicho Jean-Paul Sartre, es soñar libremente. Con frecuencia tendemos a ver en primer lugar el sueño fabricado más que el acto creador. Sin embargo, la lectura intensiva es justamente eso: la exploración de nuestra libertad creadora. ¿Sabemos qué hacer con esa libertad?».


(BOLLMANN, Stefan. Las mujeres, que leen, son peligrosas. 5ª ed. Madrid: Maeva, 2007, p. 37).

18 feb 2016

La anarquía de la lectura


Mujer leyendo (1935),  de Pablo Picasso
«Desde la liberalización de las prácticas de la lectura entre los siglos XVII y XIX, cada uno es libre de decidir no sólo qué leer y cómo hacerlo, sino también de elegir el lugar de la lectura. Ahora se puede leer donde uno quiera: preferentemente en casa, hundido en un sillón, tumbado en la cama o en el suelo, pero también al aire libre, en la playa o durante un viaje, en el tren o en el metro (...) la mirada sumergida silenciosamente en un libro generaba un aura de intimidad que separaba al lector de su entorno inmediato permitiéndole, sin embargo, permanecer inmerso en él (...): en medio del ajetreo de la ciudad y en presencia de otra gente, el lector podía estar consigo mismo sin ser perturbado.

14 sept 2015

Marguerite Yourcenar

«Su obra más celebre es Memorias de Adriano:  “ de una autenticidad de ficción que llega a niveles exasperantes” y “poderosamente fundada” desde el punto de vista científico [...]. El proyecto –elaborado a partir de numerosos bocetos parcialmente destruidos– de poner en boca de Adriano, el emperador viajero, el balance de su vida haciéndolo hablar como habría podido hacerlo un hombre del siglo II, se remonta a una visita que la autora habría hecho a los veinte años a la Villa Adriana de Roma.

17 feb 2015

Božena Němcová

«[...] Fue su marido quien introdujo a Božena, quien hablaba solamente alemán en casa, en los círculos patrióticos checos; de modo que ella, que se convirtió después de su muerte en un verdadero mito nacional, comenzó a leer en checo y a aprender la ortografía y la gramática relativamente tarde.
La bella Božena se inició en el oficio de escritora bajo la influencia del joven poeta Václav Bolemír Nebeský. Él no fue su único amante, como le confesó a su marido en una carta de sorprendente franqueza. Sus relaciones, sin embargo, no le aportaron más que decepción y cólera: “He buscado vanamente un amor parecido al que experimentaba yo misma. Quería un hombre al que hubiera podido venerar, (...) pero en los hombres encontré sólo déspotas groseros, sólo señores (...). La amargura y la porfía se anidaron en mi corazón.

8 mar 2014

Mary Wollstonecraft


Retrato de Mary Wollstonecraft, de John Keenan
«En 1791, la francesa Olympia de Gouges había ya redactado una Declaración de los derechos de la mujer en respuesta a la Declaración de los derechos del hombre. Acabó en la guillotina. Mary Wollstonecraft consideraba también que la defensa de los derechos de la mujer era la puesta en práctica y la puesta a prueba de los derechos humanos. Su escrito sedicioso anticipaba los principales argumentos de las feministas : la discriminación de la mujer tiene sus raíces en una socialización que, en lugar de ocuparse del desarrollo de las facultades intelectuales, exige únicamente una buena capacidad de adaptación.

19 ene 2014

Isak Dinesen

«Ella hubiera preferido hacer cualquier cosa en la vida antes que ser escritora. Eso es en todo caso lo que afirmaba la joven Karen Christentze Dinesen, cuyo padre era miembro de la nobleza territorial y la madre de una familia de comerciantes al por mayor de Copenhague, y enumeraba sus preferencias: “viajar, bailar, vivir, ser libre para pintar cuadros”. En aquel momento, había publicado ya bajo el pseudónimo de “Osceola” algunos relatos en los que se encuentra también esta frase: “Todo ser humano tiene el derecho a determinar libremente su destino, independientemente de las leyes que otros hayan establecido...”. El compromiso matrimonial con el barón Bror Frederik de Blixen-Finecke le brindó la oportunidad de escapar de la “existencia infinitamente insípida” de una joven rica, hacia el mundo umbrío y sugestivo de los kikuyu, los masai y los somalíes del que era entonces protectorado británico de África oriental.