Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
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26 ago 2023
19 ago 2023
Campana de viento
Lavender night, de Guido Borelli |
esta brisa ligera de agosto que nos trae
un respiro en la noche, ¿desde cuánta
limpieza está tocando
la campana de viento –toda lágrimas–
y el centro del verano de la carne?
Bien sé que no sabremos
de esto mucho más, sino que acaso
un algo se cumplió, una frescura
que no es obra del viento, y que en el alma
no encuentra su medida.
Vaya todo a su bien, que el día es leve.
(GALLEGO, Vicente. Saber de grillos. Madrid: Visor Libros, 2015, p. 23).
12 jul 2023
Del amor ha sido la falta
19 feb 2023
País de niebla
En invierno está mi amante
entre los animales del bosque.
Debo regresar antes del alba,
la zorra lo sabe y ríe.
¡Cómo tiemblan las nubes! Y cae
sobre mi cuello de nieve
una capa de hielo quebradizo.
En invierno es mi amante
un árbol entre los árboles e invita
a los cuervos, abandonados por la suerte,
a su hermoso ramaje. Ella sabe
que el viento, cuando oscurece,
levanta su rígido vestido de noche, adornado
de escarcha, y que me manda a casa.
En invierno está mi amante
entre los peces y es muda.
Esclavo de las aguas, que mueve desde dentro
la línea de sus aletas,
estoy en la orilla mirando,
cómo se sumerge y se vuelve,
hasta que los témpanos me expulsan.
Y de nuevo, alcanzado por el grito
de caza del pájaro que tensa
sus alas sobre mí, me caigo
en pleno campo; ella despluma
a las gallinas y me tira una blanca
clavícula. Me la pongo en torno al cuello
y me marcho a través de la amarga pelusa.
Infiel es mi amante
sé que a veces vuela
con zapatos altos hacia la ciudad,
besa en los bares con la pajita
las copas en la boca, hasta el fondo,
y se le ocurren palabras para todos.
Pero yo no entiendo ese idioma.
Yo he visto el país de niebla
he comido el corazón de niebla.
entre los animales del bosque.
Debo regresar antes del alba,
la zorra lo sabe y ríe.
¡Cómo tiemblan las nubes! Y cae
sobre mi cuello de nieve
una capa de hielo quebradizo.
En invierno es mi amante
un árbol entre los árboles e invita
a los cuervos, abandonados por la suerte,
a su hermoso ramaje. Ella sabe
que el viento, cuando oscurece,
levanta su rígido vestido de noche, adornado
de escarcha, y que me manda a casa.
En invierno está mi amante
entre los peces y es muda.
Esclavo de las aguas, que mueve desde dentro
la línea de sus aletas,
estoy en la orilla mirando,
cómo se sumerge y se vuelve,
hasta que los témpanos me expulsan.
Y de nuevo, alcanzado por el grito
de caza del pájaro que tensa
sus alas sobre mí, me caigo
en pleno campo; ella despluma
a las gallinas y me tira una blanca
clavícula. Me la pongo en torno al cuello
y me marcho a través de la amarga pelusa.
Infiel es mi amante
sé que a veces vuela
con zapatos altos hacia la ciudad,
besa en los bares con la pajita
las copas en la boca, hasta el fondo,
y se le ocurren palabras para todos.
Pero yo no entiendo ese idioma.
Yo he visto el país de niebla
he comido el corazón de niebla.
19 dic 2022
La ventolera
Pandora (1881), de Lawrence Alma-Tadema |
Estoy desnudo. Dueño de nada, dueño de nadie, ni siquiera dueño de mis certezas, soy mi cara en el viento, a contraviento, y soy el viento que me golpea la cara».
(GALEANO, Eduardo. El libro de los abrazos. 34ª reimp. Madrid: Siglo XXI de España, 2015, p. 258).
5 dic 2022
Amanecida
Santorini, de Li-Shu Chen |
aún con su fresca suavidad nocturna,
lava y aclara el sueño y da viveza,
incertidumbre a los sentidos. Nubes,
de pardo ceniciento, azul turquesa,
por un momento traen quietud, levantan
la vida y engrandecen su pequeña
luz. Luz que pide, tenue y tierna, pero
venturosa, porque ama. Casi a medio
camino entre la noche y la mañana,
cuando todo me acoge, cuando hasta
mi corazón me es muy amigo,
6 oct 2022
Creer
Imperceptible,
el viento
acaricia la arboleda que roza,
desprende las hojas en las que se despide.
Creer, orar, es palpitar el nacer.
en cada brizna que va muriendo.
(MUJICA, Hugo. Y siempre después del viento. Madrid: Visor, 2011, p. 38).
el viento
acaricia la arboleda que roza,
desprende las hojas en las que se despide.
Creer, orar, es palpitar el nacer.
en cada brizna que va muriendo.
(MUJICA, Hugo. Y siempre después del viento. Madrid: Visor, 2011, p. 38).
28 abr 2022
El día de las mariposas azules
Es el día de las mariposas azules aquí en primavera
y con estas escamas de cielo ráfaga tras ráfaga
hay más colores sin mezclar en vuelo
de los que las flores mostrarán si no se apuran.
Pero estas son flores voladoras y casi cantarinas:
y ahora tras haber sobrevivido al deseo
cerradas se posan bajo el viento y se aferran
a donde las ruedas han sajado el lodazal de abril.
y con estas escamas de cielo ráfaga tras ráfaga
hay más colores sin mezclar en vuelo
de los que las flores mostrarán si no se apuran.
Pero estas son flores voladoras y casi cantarinas:
y ahora tras haber sobrevivido al deseo
cerradas se posan bajo el viento y se aferran
a donde las ruedas han sajado el lodazal de abril.
9 dic 2021
Casi invierno
Alameda en otoño (1884), Vincent van Gogh |
Alamedas desnudas,
mi amor se vino al suelo.
Verdes vuelos, velados
por el leve amarillo
de la melancolía,
grandes hojas de luz,
días caídos
de un otoño abatido por el viento
¿Y me preguntas hoy por qué estoy triste?
De los álamos vengo.
(GONZÁLEZ, Ángel. El otoño y otras luces.
Barcelona: Tusquets, 2001, p. 15).
12 nov 2021
5 may 2020
Conversaciones en el pinar
El viento cálido
hace que los pinos
Hablen profundo
Warm wind
Makes the pines
Talk Deep
(KEROUAC, Jack. Libro de haikus. Madrid: Bartleby, 2007, p. 92-93).
hace que los pinos
Hablen profundo
Warm wind
Makes the pines
Talk Deep
(KEROUAC, Jack. Libro de haikus. Madrid: Bartleby, 2007, p. 92-93).
19 nov 2019
Olvido
Hay
vidas
que
viven sin ser miradas,
como la lluvia en medio
del mar
o como
se abre
una
flor
al
abrigo de un bosque
por el que nadie y sólo el viento
ha
pasado.
Son
vidas que abrazan el don,
vidas que
respiran
desde
su propio olvido.
(MUJICA, Hugo. Y siempre después
del viento. Madrid: Visor, 2011, p. 66).
14 oct 2019
El viento y el alma
Miranda (1916), de John William
Waterhouse
|
Con
tal vehemencia el viento
Viene
del mar, que sus sones
Elementales
contagian
El
silencio de la noche.
Solo
en tu cama le escuchas
Insistente
en los cristales
Tocar,
llorando y llamando
Como
perdido sin nadie.
Mas
no es él quien era desvelo
Te
tiene, sino otra fuerza
De
que tu cuerpo es hoy cárcel,
Fue
viento libre, y recuerda.
(CERNUDA, Luis. Música cautiva: (antología poética).
Sevilla: Ayuntamiento : Diputación : Fundación El Monte, 2002, p. 160-161).
14 nov 2018
La suerte del viento
«El viento es el mismo, pero cada árbol
tiene el suyo. Se mueven en direcciones distintas, a veces opuestas. Mira.
También pasa con las ramas del mismo árbol, que se agitan diferente, como si le
arrancasen retazos al viento. El abedul es el que más se agita, el que más se
abraza. A ese arce aún le quedan algunas hojas. Ése es otro misterio. En casi
todos los árboles hay unas cuantas hojas que no caen. ¿Que no? Ya lo verás. Y
con la lluvia pasa igual. Quiero decir que la lluvia es la misma, pero cada
árbol y cada arbusto tienen la suya. El grosor y el brillo de las gotas son muy
distintos. Fíjate cómo quedan colgadas las gotas de lluvia después de llover.
31 may 2018
28 abr 2018
El aire y el viento
Campo con amapolas (1890), de Vincent van Gogh
|
«Por los caminos voy, como el burrito de San
Fernando, un poquito a pie y otro poquito andando.
A veces me reconozco en los demás. Me
reconozco en los que quedarán, en los amigos abrigos, locos lindos de la
justicia y bichos voladores de la belleza y demás vagos y mal entretenidos que
andan por ahí y por ahí seguirán, como seguirán las estrellas de la noche y las
olas de la mar. Entonces, cuando me reconozco en ellos, yo soy aire aprendiendo
a saberme continuado en el viento.
Me
parece que fue Vallejo, César Vallejo, quien dijo que a veces el viento cambia
de aire.
Cuando yo ya no esté, el viento estará,
seguirá estando».
(GALEANO, Eduardo. El
libro de los abrazos. 34ª reimp. Madrid: Siglo
XXI de España, 2015, p. 257).
30 oct 2017
Estrella fugaz
18 ene 2017
25 ago 2016
Algunos días de agosto
Impresión, sol naciente (1873), de Claude Monet
|
No tardará en llegar a su fin
este agosto que te ha visto pasar con la
luz
a tus pies. Somos eternos, decías.
Yo pensaba sólo en la condena
del alma al faltarle el alimento
que le traías. Ahora la ciudad vive
del peso inconmensurablemente muerto
de los días sin tu presencia. Dejo
que la mano corra sobre el papel
intentando
captar el eco de una palabra,
una señal de quien en un lugar cualquiera
resplandece, y confía al viento el
secreto
de nuestra tan precaria eternidad.
(ANDRADE, Eugénio de. Los surcos de la sed. Madrid: Calambur, 2001, p. 77).